Dentro del trabajo de un analista hay diferentes tipos de análisis, y en este artículo queremos hablar del análisis estructural y de las partes que lo componen. El análisis estructural consiste en analizar las principales características del equipo rival al que vamos a enfrentarnos, como la plantilla, el sistema de juego y la estructura base, los jugadores y sus principales características, etc. No debe confundirse con el análisis de las fases del juego, en el cuál analizamos cómo juega ese equipo en las diferentes fases y momentos del juego.
Para ello, el análisis estructural se compone de 7 grandes apartados: la plantilla, el sistema de juego y la estructura base, la posición de sus jugadores, las variantes y alternativas, el análisis dinámico del equipo, los aspectos clave y el sistema alternativo. Vamos a definir cada uno.
1. Plantilla
La plantilla de un equipo está formada por el número total de jugadores con los que el entrenador va a contar durante toda la temporada. Este análisis nos dará información del perfil de jugadores que tiene el equipo rival, sus puntos fuertes y débiles, su contribución en el juego del equipo y participación en el juego, zonas de intervención más frecuentes, etc.
Figura 1. Demarcaciones que deberemos analizar del equipo rival para determinar la información básica para enfrentarnos a ellos. Fuente: MBP Coaches’ School
Figura 2. Ejemplo de análisis de Oleksandr Zinchenko, del Arsenal, con sus principales datos durante una parte de la temporada 24-25. Fuente: Wyscout
2. El sistema de juego y la estructura base
En este apartado, es importante diferenciar ambos conceptos. Mientras que el sistema de juego es la organización inicial que sirve para asignar funciones y responsabilidades a los jugadores, la estructura hace referencia al posicionamiento que el equipo adoptará en función de la fase y el momento del juego.
Por tanto, la estructura está relacionada con los principios y sub-principios de cada momento del juego y el sistema está vinculado a la disposición de los jugadores sobre el terreno de juego.
Figura 3. Ejemplo de sistema de juego y estructura en el momento de progresión de la fase ofensiva del Arsenal, en partido de liga de campeones en la temporada 23-24. Fuente: Wyscout y MBP Coaches’ School
3. Posiciones de los jugadores
Aquí analizamos la posible alineación titular del equipo rival y las posibles sustituciones a partir de las que habitualmente utiliza en sus partidos según el marcador y la dinámica del juego.
Esto nos permitirá anticipar a los posibles titulares y sus posiciones, y prepararnos mejor para posibles comportamientos colectivos e individuales. Al mismo tiempo, podemos preparar a nuestros jugadores para los duelos directos que pueda haber durante el partido en relación con su oponente directo.
4. Variantes y alternativas
Debemos considerar el tipo de cambios que el entrenador suele realizar durante los partidos y en qué circunstancias de partido. Asimismo, también es importante saber si el tipo de cambios puede o no afectar al sistema de juego, y si son uno por uno en posiciones específicas o pueden afectar a la estructura del equipo.
5. Análisis dinámico del equipo
Dentro del análisis dinámico del equipo analizamos tres aspectos importantes: la detección de intervalos, la formación de sub-bloques y los cambios de posición y líneas.
En los intervalos analizamos las distancias entre los jugadores tanto en ataque como en defensa para identificar las líneas o posiciones que juegan con intervalos muy cortos o largos, con el fin de ganar ventajas durante las fases del juego.
Figura 4. Ejemplo de intervalos ofensivos (izquierda) y defensivos (derecha). Fuente: MBP Coache’s School
La formación de sub-bloques se da cuando identificamos que existen grupos de jugadores responsables de llevar a cabo una función específica en el juego, en cualquier fase del juego. Por ejemplo, si hay jugadores que no participan en ningún momento en la fase defensiva, quedándose muy adelante del balón para preparar el contraataque.
Puede haber de dos tipos: funcionales y condicionales. Observamos los primeros cuando el equipo genera deliberadamente este comportamiento con la intención de crear una situación específica. Por ejemplo, si el estilo de juego del equipo gira en torno a aprovechar las transiciones ofensivas y tiene dos jugadores muy potentes y rápidos, es posible que no participen en la fase defensiva y en su lugar esperen el momento en que el equipo recupere el balón para lanzar un contraataque.
Por su parte, los segundos se deben principalmente a dos posibles razones: fatiga y resultado del partido.
Figura 5. Ejemplo de Inter Miami defendiendo con dos sub-bloques en una estructura de 1-5-4-1 (izquierda); y el Girona, utilizando un solo bloque más compacto en estructura 1-4-1-4-1 (derecha). Fuente: Wyscout
Aún dentro del análisis dinámico encontramos los cambios de posición y de líneas. Se trata de que hay jugadores que modifican su posición con otro compañero o compañeros para crear ciertas ventajas en ataque o defensa. Estos cambios pueden ser entre jugadores de la misma línea o incluso con jugadores de diferentes líneas.
Figura 6. Ejemplo de cambios de posición y de línea. Fuente: MBP Coaches’ School
6. Puntos clave
Cuando analicemos al equipo rival, deberemos categorizar a los jugadores en tres grupos: puntos fuertes, puntos débiles y puntos contextuales.
Por un lado, necesitaremos identificar aquellos jugadores con un mayor potencial y talento (puntos fuertes). Al mismo tiempo, es importante analizar posibles debilidades en los jugadores rivales, ya sea en momentos específicos o comportamientos en los que pueden tener dificultades para rendir al máximo nivel (puntos débiles).
Y, por último, entre los jugadores contextuales destacaremos aquellos que tienen un papel decisivo en la implementación del modelo de juego del equipo y aquellos que, por su perfil y participación en el juego, son capaces de modificar ciertos comportamientos del equipo rival.
7. Sistema alternativo
El sistema alternativo es aquel que utilizará el equipo en caso de ajustar su estilo de juego según el rival con el que se va a enfrentar y los jugadores disponibles para ese partido concreto.
Figura 7. Ejemplo del Girona FC en la temporada 23-24, utilizando dos sistemas diferentes para dos encuentros distintos (jugadores de color azul). Fuente: Wyscout
Una vez hemos recopilado esa información, ya tenemos un conocimiento bastante amplio del equipo rival. No obstante, el siguiente paso será analizar sus fases y momentos del juego para poder ajustar ciertos comportamientos o anticiparnos a sus principales patrones de juego.
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