En el artículo de esta semana, exploraremos dos fundamentos colectivos (FCU) universales que nos pueden ayudar a obtener una mejor circulación de balón en nuestra fase ofensiva, en especial durante el momento de progresión.

Antes de profundizar en estos fundamentos, es importante explicar qué son los FCU según MBP School of Coaches.

Los Fundamentos Colectivos Universales son respuestas óptimas, generalizadas o transversales para todo el equipo, ejecutadas en función del sector del terreno de juego en el que nos encontramos y la fase en la que estemos (ofensiva o defensiva).

Estos fundamentos se desarrollan para ayudar a los futbolistas a resolver situaciones recurrentes, convirtiéndose en habilidades a adquirir y contenidos de entrenamiento.

Los FCU se dividen en tres sectores del terreno de juego:

• Zona 1: Fundamentos de Zona de Inicio

• Zona 2: Fundamentos de Zona de Progresión

• Zona 3: Fundamentos de Zona de Finalización

Una vez explicado qué son los FCU, es momento de analizar dos respuestas óptimas que nos pueden ayudar a mejorar la circulación de balón.

Fundamento 1: Movilizar el balón cuando no hay espacios de progresión

A menudo el adversario está muy bien situado a nivel estructural, lo que provoca que no haya espacios interiores para poder progresar.

Delante este escenario, el objetivo es movilizar el balón de dentro a fuera y viceversa, para  así mover la defensa zonal rival y desorganizar al contrario. Gracias a ello, se logrará generar espacios libres que permitirán poder progresar al equipo.

No obstante, si nuestro ataque está desorganizado, la ejecución de este fundamento también otorgará a nuestros jugadores tiempo para llegar a las zonas de actuación asignadas dentro de la organización dinámica determinada (concepto de doble P: posesión para lograr posición).

Fundamento 2: Adecuar el ritmo de circulación a las características del juego

El segundo FCU se utiliza durante toda la fase ofensiva y es responsabilidad de todos los atacantes. Su aplicación cobra especial relevancia en la zona 2, donde los espacios de acción son más reducidos y el tiempo de ejecución debe ser más veloz.

El objetivo principal de emplear este fundamento es que el equipo utilice un ritmo de juego adecuado. Pero, ¿qué entendemos por un timing correcto de balón?

La forma de mover el esférico dependerá del objetivo a lograr. Por ejemplo, el conjunto debe utilizar un ritmo moderado (no lento) para mover el balón con seguridad en las zonas con más densidad de rivales, o bien si se necesita una pausa para reorganizar la ubicación de los jugadores.

En cambio, se utilizará un ritmo rápido cuando se busque aprovechar una ventaja (espacial o numérica) o sorprender al adversario.

En conclusión, estos dos fundamentos colectivos universales son esenciales para mejorar la circulación del balón en la fase ofensiva, permitiendo a los equipos jugar de manera más eficiente y efectiva. No obstante, también existen otros fundamentos, como alternar el juego en corto y largo, y orientar el juego hacia los espacios favorables, que dotarán al equipo de una mayor fluidez de balón.